Es difícil definir en qué año nací y, por supuesto, más complicado aún es establecer cuánto pesé porque el día de mi nacimiento, que cayo en 6 de enero (eso sí que lo tengo claro), debían de estar muy ocupados los del registro y se olvidaron de dejar una marca oficial sobre tal maravilloso evento. Tampoco nadie me puso un nombre concreto, no. Sencillamente, todo el mundo comenzó a llamarme Niño. A mí me gusta pensar que me llamo así porque el 6 de enero es precisamente el día de los niños y de las niñas, el día en que los Reyes Magos han dejado los salones de España plagados de regalos -y algún que otro carbón- y se han marchado hacía Oriente. El día 6, las ilusiones de millones de infantes iluminan las casas de todo el país y yo me sumo a ello con “mi” pequeña gran contribución.

   Soy el Sorteo Extraordinario del Niño y aunque, como os he dicho, no hay año concreto de mi alumbramiento, sí que he podido rastrear indicios que remontan mi pasado hasta 1941, cuando el Director de Timbre y Monopolios tomó la decisión de oficializar el sorteo de Lotería haciéndolo extraordinario. El éxito fue tal que los responsables se animaron a repetir el sorteo y hacerlo de manera institucionalizada. En aquella ocasión, se contabilizaron un total de 4 series de 42.000 billetes cada una, a 150 pesetas por billete, dividido en décimos de 15 pesetas. Se vendieron 166.668 billetes y se recaudaron 25.230.000 pesetas que fueron repartidos en un primer premio de 500.000 pts. por serie, otro premio de 300.000 pts. por serie, un tercero de 150.000 pts. por serie, y un cuarto y un quinto premio de 75.000 y 50.000 pts. respectivamente. ¡Un pastizal de esperanza, sueños y alegrías!

   Desde 1941 hasta 1966, fui -como aquel que dice- creciendo sin dejar más rastro que la felicidad de aquellos a los que les tocaba, pero a mediados de los años 60 mi nombre comenzó a aparecer asociado a las listas de premios de Loterías y Apuestas del Estado. Fueron ellos, mis tutores legales, los que me hicieron comprender lo importante que es saber dónde están las raíces y, como yo no las tenía muy claras, convencí a un investigador llamado Gabriel Medina Vílchez para que excavase en las profundidades de mi historia.

   Entonces, apareció por vez primera ligada a mi vida, la motrileña duquesa de Santoña, Doña María del Carmen Hernández y Espinosa de los Monteros. Una mujer, casada en segundas nupcias con un importante banquero, conocida en Granada por su gran corazón y su especial amor hacia los niños desamparados. Por ellos, para mejorar su calidad de vida, puso en marcha, a principios de la década de 1870, la construcción de uno de los primeros hospitales europeos especializado en pediatría, el Hospital del Niño Jesús. Para mantener su coste y su actividad, la aristócrata ideó una rifa, apadrinada por el mismísimo Rey Alfonso XII, a la que llamó “Rifa Nacional del Niño” y a mí me gusta pensar que ese Niño era yo.

   ¿Qué no? Ambos nos llamamos igual, repartimos y recaudamos dinero para mantener diferentes instituciones, ambos somos luces de esperanza, sueños por cumplir y sobre todo, una magnífica segunda oportunidad. Somos el mismo, está claro. Eso significa que soy ya muy viejito, pero como la ilusión no tiene edad me sigo conservando casi como un bebe recién nacido y ya os adelanto que mi intención es seguir dando guerra y premios por muchos años más.

PD práctica: Mañana, Martes 06 de enero de 2015, repartiré 800 millones de euros en premios y contaré con una emisión de 40 series de 100.000 billetes cada una, según dicen mis tutores de Loterías y Apuestas del Estado (LAE).

                                           (De Noemí Z., el 05 de enero de 2015)

Referencias útiles:
Para saberlo todo sobre EL NiÑO, conéctate a la web de LOTERíAS DEL ESTADO (también en Facebook y Twitter).

[Volver a Mi Petit Blogosfera o Callejero]