Lugar de paso, la librería Re-Read es un cómodo hospedaje para esos libros dispuestos a cambiar de manos, para que muchos pares de ojos transiten por sus páginas. Detrás de esta franquicia de libros de segundo mano, impecables en su estado, se encuentra Mercedes Zendrera, nieta e hija de editores, que hoy cuenta con una veintena de establecimientos como el de la calle O´Donnell, que abrió sus estanterías al público el pasado 21 de diciembre, con un catálogo apetecible y a muy buen precio (1 libro, 2 libros, 5 libros, respectivamente a 3, 5 y 10 euros), como dulce daño colateral de los tiempos de crisis. Sergio Sancor, psicólogo con experiencia en librerías, y Marina Ortega, fotógrafa (retratados aquí), están al mando y al servicio de la nueva librería low cost de la Villa.

   El local (antes una sucursal bancaria) es amplio, sencillo, manejable y muy acogedor. Al contrario de lo que te aguarda en las clásicas librerías, imperan la luz y el orden. Los casi 4.000 títulos forman filas perfectas agrupadas por géneros: narrativa, policíaca, religión, creencias, autoayuda, inglés, italiano, alemán, francés y algunas otras lenguas, economía, salud, clásicos universales, poesía, política, guías de viajes, filosofía, comics, infantil, juvenil, manga…

   Según Sergio, por descontado ferviente defensor de esta fórmula, Re-Read permite que “el libro tenga más canales de circulación” cuando la gente reorganiza sus espacios en momentos puntuales (una mudanza, la falta de espacio, casas que han de vaciarse…). “Acumulamos demasiado, y cuando llega el delicado momento de hacer un inventario, mucha gente se queda con sus imprescindibles, deshaciéndose del resto”. El vendedor puede llevar los libros a la tienda o dejar que los recojan en casa cuando el número supera el centenar. A cambio, reciben 20 céntimos por cada ejemplar, mientras los nuevos propietarios disfrutan de un estado de oferta permanente que les permite nutrir sus bibliotecas. 

   Para Sergio (que nunca se separaría de Canadá, de Richard Ford, y de Los aires difíciles, de Almudena Grandes) y Marina (de El Principito), el libro electrónico no es un rival peligroso. Aprecian lo que el papel aporta al placer de la lectura, añadiendo al relato en negro sobre blanco, otros gustos sensoriales: “Mientras lees un libro, lo tocas, notas el aroma del papel, y después disfrutas de su presencia y su compañía. Eso jamás te lo dará una pantalla”. 

   Re-Read no es una librería de viejo. Entre las diferencias, están el orden y la edad de los residentes. Los títulos han de ser contemporáneos o publicados de los años 90 en adelante.  Se admiten ejemplares bien conservados sin que el anterior lector le haya doblado demasiado las esquinas, ni subrayado en exceso. Y no se aceptan revistas, ni libros de texto, ni enciclopedias.

   Respecto a las anotaciones en márgenes y pies de página, como las dedicatorias, siempre hay excepciones. Es un bonus track que aparece por sorpresa, prólogos y epílogos añadidos que ponen la nota más sentimental. Libros que contienen postales de 1975, con un “¡Feliz San Jorge!”, palabras pensadas para que el ejemplar sea una ofrenda, en este caso de un hijo para su madre: “Yo siempre la he tenido y siempre la he hechado en falta. Hay manera más triste de ser huérfano”. 22 enero de 1912, manuscrito en Me deseó felices sueños, de Massimo Gramellini.

   No en vano, un libro es uno de los mejores compañeros que puede tener el ser humano. Asiste, motiva, enseña… El regalo que puedes abrir una y mil veces, historias que, apenas se terminan, vuelven al inicio con solo retroceder hasta su prólogo.   

                                           (De Sol Alonso, el 11 de enero de 2016)

Referencias útiles:
RE-READ LiBRERíA LOWCOST (en la ilustración)
Calle de O´Donnell, 28
28009 Madrid
915 134 678
M Ibiza / Príncipe de Vergara / Goya

Horario:
- De Lunes a Viernes: de 10h30 a 20h30;
- Los Sábados: de 10h30 a 14h30 y de 16h30 a 20h30.

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