Sin hacer ruido, sustituyó -de la mano de los supermercados en vía de desarrollo- la cesta de mimbre y el carrito rodante de la compra, en los años 60; y su resistencia (puede llevar hasta 2.000 veces su peso) y su (falsa) gratuidad (repercutida en el precio final) conquistaron el corazón de los consumidores en los 70, invadieron los océanos en los 80, y despertaron la conciencia colectiva, en los 90, gracias a las campañas de concienciación de asociaciones y ONGs ecologistas. Hoy, Viernes 03 de julio de 2015, por octavo año consecutivo, se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. Crónica Crítica de un símbolo emblemático de nuestra sociedad de consumo.

   Fruto de un concurso realizado en 1860 en los Estados Unidos, que ofrecía 10.000 dólares a quien produjera un sustituto del marfil para la fabricación de bolas de billar, el tipo de plástico llamado celuloide fue inventado por John Wesley Hyatt (disolviendo celulosa en una solución de alcanfor y etanol). Aunque no ganó el premio, el inventor estadounidense había encontrado la fórmula mágica del primer material sintético, creado por el hombre, que no solo revolucionaría la industria cinematográfica a finales del siglo XIX, sino también el menaje del hogar... a pesar de ser inflamable y deteriorarse al ser expuesto a la luz.

   Todo cambió en 1907 cuando el químico estadounidense, de origen belga, Leo Hendrick Baekeland, descubrió un compuesto de fenol-formaldehído, barato, no inflamable y versátil, que bautizó “baquelita” y que marcaría el comienzo de la “era del plástico” (y de paso, de la fortuna colosal del espabilado científico). Aislante y resistente al agua, a los ácidos y al calor (moderado), la baquelita incentivó a otros científicos (patrocinados por la industria plastiquera naciente) a buscar otras moléculas como el polietileno expandido (para embalaje y aislante térmico) o el nylon (ideado para fabricar paracaídas para las fuerzas armadas norteamericanas durante la Segunda Guerra Mundial antes de bombardear la industria textil).

   En cuanto a nuestra querida bolsa de la compra de un solo uso, la inventó, según Heinz Schmidt-Bachim, coleccionador y coleccionista de bolsas de plástico desde hace más de 30 años, el dueño de una tienda de ultramarinos en Saint-Paul (Minnesota), llamado Walter H. Deubener. Por lo visto, después de observar día sí, día también las dificultades de sus clientes a la hora de llevarse la compra a sus casas, se puso manos a la obra para encontrar una solución. Tardó 4 años en confeccionar un embalaje prefabricado, resistente y de bajo coste, y en 1912, ya podía patentar su producto. Tres años más tarde, Deubener vendía más de un millón de bolsas de papel al año. Entonces, cuando el plástico dejó los laboratorios para pasar a la gran distribución a partir de los años 50, las bolsas de papel tuvieron los días contados.

   Desde entonces, el número de productos de plástico no ha parado de crecer. Por ejemplo, en 2012, se produjeron 288 millones de toneladas, a pesar de sus incuestionables impactos ambientales, que afectan a la fauna y la flora, y ensucian nuestro entorno. Si en un principio la mayoría de los plásticos se fabricaban a partir de resinas de origen vegetal (como la celulosa o el furfural, entre otros muchos), hoy en día se elaboran con derivados del petróleo, que son tan baratos como abundantes (de momento). ¿Consecuencia? Entre 10 y 30 minutos: es el tiempo medio del uso que damos a una bolsa de plástico. Entre 1 y 4 siglos: es el tiempo medio que tardará la bolsa en (bio)degradarse.

  Para concienciar a los ciudadanos y gobernantes sobre los peligros que puede ocasionar su uso, la Fundación Catalana para la Prevención de Residuos y Consumo Responsable, junto a Amigos de la Tierra y Zero Waste, entre otras asociaciones, celebró el primer Día Libre de Bolsas de Plástico, el 03 de julio de 2003; y desde entonces, la convocatoria anual es internacional.

   ¡Feliz Vida y Planeta Libres de Bolsas de Plástico!

Referencias útiles:
¿CÓMO Y POR QUÉ ViViR SiN BOLSAS DE PLÁSTiCO?

(1) Consulta el tríptico de Ecologistas en acción (también en Facebook y Twitter);

(2) ¡No te pierdas los consejos (en español y en inglés) de Life Out Of Plastic (en Facebook y Twitter).

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