Dice Joserra Rodrigo que, incluso dormido, piensa en música. Este apasionado del rock y el soul no es ni periodista musical, ni músico profesional aunque lo pudiera parecer, sino un abogado bilbaíno de 53 años que, de niño, prefería vinilos a juguetes, y con algunos años más devoraba “La edad de oro” de Paloma Chamorro mientras se resignaba a vivir a distancia la Movida madrileña. Su brutal afición por la música le llevó a convertirse en su ciudad en una rara avis del rock, hasta que un buen día, sintió la necesidad de compartir sus conocimientos y vivencias musicales a través de un programa de radio en Euskadi en el que conoció a dos chavales, que le animaron a dar un paso más: escribir un blog cargado de emoción.

   Bajo el título de Rockandrodri Land nació en agosto de 2008 un blog en el que la única condición era no quedarse en el relato puramente descriptivo, sino llenarlo de toda la vida y emociones que le sugerían canciones, discos, artistas y conciertos, es decir, la música que marca una vida. A medio camino entre el diario personal y una casete casera, Joserra (en la ilustración), viendo que el éxito de su blog iba en aumento, abandonó la radio para centrarse en aquel vómito musical y existencial digital, que le daba tantos quebraderos de cabeza como alegrías, como aquel día en que recibió la llamada del mismísimo Nacho García Vega (miembro fundador junto a su primo Antonio Vega de Nacha Pop), entusiasmado con sus artículos.

   Tras varios años, el blog se le quedó corto. Joserra necesitaba contacto directo con sus seguidores, y en 2015, montó los talleres de la Escuela Emocional del Rock para dejar de lado lo digital y lograr un relato aún más cercano de sus experiencias musicales. Arrancó citando a la gente en una librería de una sobrina, especializada en infantil y cuyo local contaba con una pizarra / pared donde los niños podían explayarse… y Joserra también. Allí surgieron de forma espontánea sus famosos esquemas o árboles genealógicos donde contar por ejemplo, la historia de las mujeres en la música en su encuentro titulado “Las chicas son guerreras”, o hablar de Leonard Cohen o Bob Dylan en “La arruga es bella”. Hoy, traspasada su sede a la librería Louise Michel Liburuak de Bilbao, Joserra continúa realizando estos encuentros que pasaron de congregar a parientes y a amigos para reunir a auténticos apasionados del rock como él.

   Y así, con toda esta pasión, Joserra siguió escribiendo, dando charlas y escuchando música sin parar, mientras sus lectores le animaban a plasmar en un libro sus artículos. En especial le insistió un joven español residente en Irlanda y estudiante de un máster en Coaching, que le ofreció un intercambio: él le ayudaba en el proceso de publicación de su libro y Joserra tenía que conseguirlo. Fueron dos años de terapia por Skype, ayudándole a confiar en sí mismo hasta que el proyecto se hizo realidad, y el chico logró la nota esperada y con ella regresar a su añorado Madrid.

   Joserra lo consiguió a través de una campaña de crowdfunding con la que recaudó casi 9.500 euros (2.000 euros por encima de su objetivo). Así, con una autoedición cuidada hasta el más mínimo detalle, nació Pasión no es palabra cualquiera. Epifanías de Rock&Soul. Un libro de 300 páginas y una tirada de 1.000 ejemplares de los que ya tiene la mitad vendidos, que recopila toda la esencia de casi una década de artículos gracias a una cuidada selección de los mejores momentos del blog, que aclara Joserra, no tienen por qué ser los mejores momentos musicales.

   Además de música, emoción y buena pluma, Joserra supo acompañarse muy bien en esta aventura. El destino, claro está musical, le llevó a conocer a Cayetana Álvarez, una ilustradora que dibuja en los conciertos en directo, y tanto tenían en común que al final acabó haciendo su portada y los maravillosos dibujos que acompañan sus textos, en especial la veintena de obituarios de grandes músicos desaparecidos de los que Joserra escribió el epitafio y a los que Cayetana ilustró.

   El 30 de noviembre de 2017, Joserra vio por primera vez uno de sus libros, y no lloró. Todos sus allegados le habían advertido de que lo haría, pero el abogado solo recordó a su padre. Su progenitor había sido curiosamente, un periodista especializado en ciclismo conocido como Julián de Sollube (por un monte habitual en el recorrido de estas competiciones), que murió de un infarto cuando Joserra solo tenía 12 años. Con el libro entre sus manos, Joserra se dio cuenta de que eran un curioso reflejo, el de un padre que estudió derecho, pero ejerció como periodista y un hijo que ejerce como abogado, pero sigue soñando con ser periodista.

   A su lado siempre su mujer, Cristina, a la que cariñosamente Joserra llama su “darling companion” (una expresión muy usada en las canciones), y su hijo de 20 años y estudiante de Publicidad y Relaciones públicas, que le ha apoyado desde editando sus programas de radio caseros hasta ayudándole ahora a promocionar su libro.

   Si hay que elegir, Joserra se queda con Bob Dylan como el artista base, y de sus historias, con una muy cercana a Madrid y la primera que releyó al recibir su libro. Es un capítulo en el que su particular inventiva relacionaba a Vainica Doble con las cantautoras y hermanas canadienses Anna y Kate McGarrigle, esta última, madre Rufus Wainwright. Tal fue su acierto a la hora de encontrar parecidos razonables entre estas dos parejas separadas por miles de kilómetros, que cuando Joserra tuvo la oportunidad de entrevistar a Martha Wainwright, hermana de Rufus e hija de Kate, le habló de sus “tías de Madrid” ante la incredulidad de una artista que, tras escuchar a las Vainica, acabó llorando y pidiendo un disco para poder enseñárselo a su madre.

   Hoy, Joserra ha decidido parar y disfrutar de un libro con el que se replantea incluso la vida. Aquel blog de hace años le ha abierto un nuevo mundo, le ha dado amigos hasta en los sitios más insospechados, y sobre todo, le ha mantenido intactas las ganas de seguir descubriendo la música con el romanticismo que merece.  

PD: Por si esto fuera poco, Joserra también ha organizado en los últimos tres años un festival de música de verano “muy casero” con la ayuda de la Asociación Amigos de Frías, una ciudad, que no pueblo, de tan solo 260 habitantes. Y allí, en este frío entorno burgalés, Joserra consiguió que su castillo roquero lo fuera también rockero. En el primer año rindió tributo a su adorado Neil Young, en el segundo celebraron el 40 aniversario de “El último vals” (1978) de Scorsese y se creó la espontánea comunidad de los ‘valseros’, y en la última edición el homenaje fue para Muddy Waters y los Rolling Stones.

                                        (De Lidia Martín, el 02 de diciembre de 2017)

Referencias útiles:
PASiÓN NO ES PALABRA CUALQUiERA

¿CUÁNDO? El Sábado 02 de diciembre de 2017, a las 12h.

¿QUÉ? Presentación del libro Pasión no es palabra cualquiera. Epifanías de Rock&Soul, de Joserra Rodrigo. Y ¡atención!, habrá sorpresas, con la actuación en directo de uno de los personajes nombrados en este post. ¿Adivináis quién es?

¿DÓNDE? En La Fábrica (ver la ilustración)
Calle Alameda, 9
28014 Madrid
912 985 546
M Atocha

¿CUÁNTO? El libro cuesta 25 euros.

Para seguir los pasos de Joserra Rodrigo, conéctate a su blog ROCKANDRODRi LAND.

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