Mi PETiT DiSCOTECA - Mi Petit Madrid * - PALABRA iLUSTRADA (nº12): CHUECA

PALABRA iLUSTRADA (nº12): CHUECA

Con personalidad propia desde los 80, el madrileño barrio de Chueca no tiene nada que envidiar al Village neoyorkino, al Soho londinense, al Castro de San francisco o al Marais parisino. Pero ¿sabes de dónde le viene su nombre?

Fruto del amor entre un conserje y una fiel ama de casa, Pío Estanislao Federico Chueca y Robles nació un domingo 05 de mayo de 1846, en la emblemática Casa de los Lujanes (en la Plaza de la Villa), donde su padre trabajaba. A pesar de que, con tan solo 9 años, el benjamín de la familia dominara con maestría el piano, sus padres le obligaron a abandonar sus estudios en el conservatorio y el joven entró, sin rechistar, en la facultad de medicina.

Pero, el 10 de abril de 1865, el destino llamó a la puerta de su casa o, mejor dicho, de su celda cuando, detenido por haber participado en las manifestaciones estudiantiles contra el gobierno de Narváez y encarcelado durante 3 días en la (hoy desaparecida) Cárcel del Saladero, el universitario travieso compuso una tanda de valses que tituló, como no, “Lamentos de un preso”. Nada más salir, se presentó en casa de Francisco Asenjo Barbieri (1823-1894), considerado como el “padre de la zarzuela”, para pedirle su opinión sobre su obra express. Ante el talento e ingenio del músico autodidacta, Barbieri se convirtió, al minuto, en el padrino musical de Chueca que no tardaría en sustituir el estetoscopio por el metrónomo.

En efecto, tras la muerte de sus padres en 1867, como Federico ya no podía permitirse seguir estudiando, empezó a tocar el piano en varios locales (el Café Zaragoza, el del Vapor y el Numancia) a cambio de una ¿buena? cena y poco más. Paralelamente, con la necesaria ayuda de su mentor espiritual, pasó al pentagrama y orquestó sus “lamentos” carcelarios. Pero, cuando todo estaba listo, las autoridades municipales prohibieron el estreno de su zarzuela “para evitar desórdenes públicos”. En lugar de desanimar al compositor en ciernes y amante de la libertad, la sentencia no solo incrementó sus ganas de seguir adelante sino que picó la curiosidad del gran público, aficionado al género chico.

Gracias a su “don especial para unir el texto y la música” (1), Federico consiguió rodearse poco a poco de la creme de la creme zarzuelera, como Tomás Bretón (1850-1923) y, sobre todo, Joaquín Valverde (1846-1910), que orquestaría casi todos los grandes éxitos de Chueca (“el Sobrino del Difunto” (1875), “La Canción de la Lola” (1880), “La Gran Vía” (1886), y “Agua, azucarillos y aguardiente” (1887), entre muchos muchos otros). Y sus satíricas melodías pegadizas que recogían a la perfección “el espíritu de Madrid y de sus gentes” (1) llegaron incluso hasta los oídos del filósofo alemán, Friedrich Nietzsche (1844-1900), que se deshizo en elogios ante la genial capacidad “chuecana” de “combinar ironía y empatía” (2).

El maestro -que fue director del Teatro Variedades, a partir de 1874, y del Apolo, a partir de 1885-, murió el 20 de junio de 1908 en la calle de Alcalá nº104. El cortejo fúnebre salió del domicilio del difunto, prosiguió lentamente su camino hasta la Puerta del Sol y se despidió de todos los madrileños en la Plaza de la Villa, donde había nacido Federico Chueca. Sin embargo, a pesar de su funeral (casi) de Estado, habría que esperar hasta 1943 para que el Ayuntamiento de la Villa le rindiera homenaje rebautizando, con su apellido a secas, la entonces llamada Plaza de San Gregorio, sin poder imaginar nadie que, 40 años después, se convertiría en el epicentro de la comunidad LGTB madrileña. Entonces, ahora, ¿a quién le toca rendir homenaje a Federico Chueca?

PD nº1: Los restos del talentoso compositor se encuentran en el Cementerio de la Sacramental San Justo (Paseo de la Ermita del Santo, 70; M Marqués de Vadillo).

PD nº2: Si quieres conocer mejor a Federico Chueca, ¡no te pierdas los siguientes artículos”:
- “Federico Chueca. 100 años después”, de Christopher Webber (traducción de Ignacio Jassa Haro) para el blog Zarzuela.net, 2008 (2).
- “Don Federico Chueca Robles, el músico chispero de Madrid”, de Enrique Suárez para el blog Melómano, 2008 (3).
- “Federico Chueca”, de Cristina Ventura Saavedra para el blog de la BNE, 05.V.2010 (1).

PD nº3: Finalmente, para saberlo todo sobre las Fiestas del Orgullo LGTB 2014, conéctate a las redes sociales de MADO 14 (web, Facebook y Twitter) y de sus organizadores oficiales FELGTB (web, Facebook y Twitter), COGAM (web, Facebook y Twitter) y aegal (web y Facebook), Y ¡Felices Fiestas de la diversidad sexual!

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PD nº1: Los restos del talentoso compositor se encuentran en el Cementerio de la Sacramental San Justo (Paseo de la Ermita del Santo, 70; M Marqués de Vadillo).

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2018

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