El tacto de la seda es la caricia exclusiva de los hilos devanados del mismísimo capullo donde habita el gusano. Si pensamos en una prenda de vestir realizada con semejante prodigio de la naturaleza, fácil de teñir y de estampar, cálida en invierno, fresca en verano, cómoda dentro de casa y refinado si la ocasión lo exige, estamos describiendo el tradicional y eterno kimono japonés. Término cuya etimología lo describe. Ki-mono: “cosa de vestir”. 

   Las piezas rectangulares que componen el puzzle siempre en forma de T, clásica geometría del kimono japonés, se confeccionaron primero en telas ordinarias hasta que la influencia china puso la seda al servicio de una ropa que enseguida contó con el favor de reyes y clases poderosas. Por aquel entonces se llamaba gorofu, que significa “ropa de reino”, pero en la época Heian (794-1185) el kimono comenzó a conocer mundo fuera de los muros de palacio. 

   Cada uno a su manera, y puede que haya más de 20 variedades, todos los kimonos hablan. El largo de su falda o de sus mangas, el color, la intensidad del estampado, si se utiliza por dentro o hace el papel de una capa, hasta el modo de ceñir su cinturón, ya define quien lo lleva. Hombre, mujer, casada, soltera o geisha. Para uso doméstico, tomar el té, acudir a un matrimonio o llorar en un entierro. 

   Tan adecuado es el kimono en una boda, ya seas comensal o contrayente, que fue precisamente un matrimonio el origen de Fiu Fiuus, la factoría de kimonos creada en 2013 por Aída Diez y David Feliz (en la ilustración), dos enamorados de la moda de Japón.

   Aída aprendió a coser en el taller de su abuela, imprimiendo todo el arte posible a las puntadas, por la influencia de una madre pintora y escultora, que también enseñaba bellas artes en los talleres que organizaba el Ayuntamiento de Bilbao. Un buen día, viviendo ya en Madrid, echó en falta algo bonito con lo que cubrir el modelo preparado para la boda de una buena amiga. El novio, casualmente japonés, le propuso que usara un bonito kimono a modo de capa, y la combinación no pudo resultar más atractiva.

   En este tiempo, Aída y David han aprendido cada día un poco más de esta prenda fascinante con tantos nombres como posibilidades. Uchikake Shiromoku, Shitagasane, Irotomesode, Edo Komon, entre otros. Luego están las curiosas, divertidas e inventadas denominaciones, con las que en Fiu Fiuus bautizan sus modelos. Yorokobi no niwa, Hinagiku to kuro, Kiku pinku to gurē, Ginkuro shishū… “Son todos nombres de escritura latina y pronunciación japonesa, inspirados por los tejidos y los estampados que llegan a nuestras manos. Utilizamos telas antiguas, de 1919 a 1979, que nos envía un proveedor japonés. La familia del chico que me prestó el kimono, se ha dedicado a fabricarlos y tiene piezas hasta bordadas en oro”.

   Para la confección de cada prenda, siempre a mano y sin que haya una igual a otra, le puede llevar tres días en jornadas de 8 horas. Algo menos cuando tiene ayuda y la producción se beneficia del trabajo en cadena. Si toca mercado (no tienen todavía tienda física), Aída y David suelen llevar uno puesto, combinado casi siempre con camisetas, vaqueros y zapatillas deportivas: “Y acabo vendiendo el que luzco, salvo si se trata de mi primer kimono. Ese no está en venta, lo guardo como oro en paño. En el armario debo de tener unos 40”.

   El nombre Fiu Fiuus es un soplo de admiración que reproduce el efecto que, a ojos ajenos, provocan los kimonos: “Mucho más sencillos de llevar que lo que la gente piensa y perfectos para mujeres como yo, con curvas. ¡Qué a las delgadas ya les queda bien todo lo que se ponen”.

   Con los retales que van dejando los patrones, están haciendo pajaritas de seda, que también podría lucir, Pekas (en la ilustración), el perrito que supervisa todas las andanzas de Fius Fiuus, y seguro que atiende a la primera cuando escucha ese silbido.

PD: Este fin de semana, Fiu Fiuus estará en Mercado de Motores (Pasillo Central, Puesto 52), organizado en el Museo del Ferrocarril (Paseo de las Delicias, 61; M Delicias), el Sábado 10 y el Domingo 11 de septiembre de 2016, de 11h a 22h.

                                       (De Sol Alonso, el 10 de septiembre de 2016)

Referencias útiles:
Para seguir los pasos (re)creativos de FiU FiUUS, conéctate a su web, su Facebook y su Twitter.

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